Cuando solemos mantener el orden de nuestro hogar, siempre pasamos por alto la limpieza de nuestros techos. Y es que los techos son igual de importantes como lo son nuestras paredes, ventanas, puertas… por lo que también necesitan un buen acondicionado de vez en cuando. Suciedad, polvo e insectos pueden quedar atrapados en las partes más escondidas de tu hogar. En Finques Ollé os damos algunos consejos para que podáis presumir de techos, ¡No hay excusas!
Realiza una limpieza periódica
Es importante realizar la limpieza de techos de forma periódica. No es lo mismo limpiar un espacio u otro dependiendo de la actividad que se realice en él, la cantidad de personas que lo utilicen, si hay aparatos de aire acondicionado o rejillas, lámparas grandes… También vigila cuando haya manchas o el techo esté cambiando de color.
Infórmate
Antes de nada necesitarás conocer qué tipo de techo tienes. Existen distintos tipos de techos y por ello distintas formas de limpiarlos. Techos reformados, desmontables, escayola, de cristal… Entre muchas opciones más. En el caso de tener techos muy altos, puedes recurrir a una empresa especializada en estos servicios, ya que puede resultar una tarea bastante peligrosa si no se dispone de los recursos adecuados.
Procura no manchar suelos y paredes
Durante la limpieza de techos se suele olvidar que toda la suciedad que se limpia cae hacia abajo manchando el suelo y los muebles. Por ello, antes de comenzar con el techo recomendamos cubrir con telas o plásticos los muebles y el suelo. Así evitarás que se llenen de polvo, y que tengas que volver a limpiar.
Limpieza de aire acondicionado y lámparas
Para tu limpieza de techos, deberás vigilar con los objetos del techo, aire acondicionado y lámparas. Si quieres asegurarte de la limpieza por completo de techos, deberás tener en cuenta todos los elementos comentados anteriormente. Para la limpieza de aire acondicionado, puedes empezar limpiando las rejillas y cambiando el filtro de forma periódica, mientras que para las lámparas deberás limpiar con extremo cuidado, especialmente si son de un material delicado, como el cristal. Utiliza un plumero para quitar el polvo y un paño húmedo para eliminar la suciedad.