Son varios los factores que influyen en la valoración de un piso en Barcelona, como la calidad de la construcción o su situación. En este sentido, será muy distinto comprar pisos en Barcelona en barrios que ofrecen servicios de calidad, como parques, transporte o comercios interesantes, que en barrios cuyo equipamiento haya sufrido procesos de degradación.
Esta situación, que nos puede parecer evidente, no es estable. Es decir, existen procesos, sobre todo en las grandes ciudades, por los que barrios poco atractivos para la inversión inmobiliaria pasan a, dicho de manera corriente, «estar de moda». El motivo principal, y en Barcelona lo estarás viendo a gran velocidad, es la gentrificación. Por gentrificación entendemos la transformación de un barrio degradado, mediante la mejora de sus instalaciones y servicios, para convertirlo en un espacio urbano que atrae inversión y eleva su cotización. Fue en su momento lo que le ocurrió al Raval o a la Barceloneta, y más recientemente a Sant Antonio o el Poble Sec.
Vender un piso en una Barcelona que se gentrifica
Uno de los elementos clave para entender la gentrificación es el precio asequible de los pisos en las primeras fases de la transformación. De hecho, el trasvase de una población con mayor capacidad de inversión, que adquiere viviendas a bajos precios generalmente para reformar, es lo que suele marcar el inicio de la regeneración de un barrio. En otros casos, como en Poble Sec, fue la peatonalización de una de sus principales vías lo que lo convirtió en un espacio atractivo a la inversión. Lo importante, en lo que se refiere a la venta de un piso, es tener en cuenta que en el momento en que una zona empieza a atraer compradores, los precios tenderán a subir.
En definitiva, la gentrificación de ciudades como Barcelona te ofrece oportunidades para la inversión inmobiliaria en zonas que, un tiempo atrás, no habrías valorado.
