El alquiler se ha vuelto una gran opción para todos aquellos que aún no pueden o quieren invertir en una vivienda propia, pero muchas veces se ven sometidos por contratos o arrendadores abusivos que se aprovechan de quienes desconocen los límites a establecer. Para defender tus derechos como inquilino, es necesario que los conozcas primero.
Contrato
El arrendatario y su arrendador pueden pactar, previo a la firma del contrato, la duración del contrato y el precio de la renta mensual. Durante esta negociación es necesario escoger si la renta se remitirá al índice de Precios de Consumo (IPC) y si durante la vigencia del contrato la renta sólo puede actualizarse de forma anual o, en los términos pactados por ambas partes. El contrato se prorrogará obligatoriamente de forma anual por un mínimo de tres años, salvo que el arrendatario comunique su rescisión, lo que debe hacerse con un mínimo de 30 días previo a la fecha fin del contrato. El inquilino puede anular el contrato a partir de los seis meses con un preaviso mínimo de 30 días.
Cambios
El arrendatario puede realizar mejoras a la vivienda mientras el propietario lo permita por escrito y no afecten la seguridad o estabilidad de la propiedad. Ambas partes pueden acordar que el pago de la renta se reemplace total o parcialmente mientras se cubre el coste de las reformas en las condiciones planteadas, y el arrendatario puede realizar —previa notificación al propietario— obras de adaptación del espacio si él, su cónyuge o alguno de los familiares que habita en la casa poseen alguna discapacidad o son mayores de 70 años.
Venta
Si el propietario decidiera proceder a la venta de la vivienda alquilada, el inquilino tiene preferencia ante terceros para adquirir el piso. Sin embargo, la adquisición preferente es un derecho y no una obligación, por lo que puede renunciar a su derecho y el arrendador debe cederle un mínimo de 30 días al inquilino para la desocupación del inmueble.
Fianza
Una vez finalizado el contrato, el propietario debe hacer efectiva la devolución de la totalidad de la fianza mientras el inmueble se encuentre en buen estado y no haya deudas con compañías de suministros o algún otro tipo de importe relacionado con la vivienda.
