Las comunidades de propietarios son un escenario propenso a conflictos debido a las diferentes percepciones sobre el uso de espacios comunes. Una disputa común es la entrada de personas ajenas al edificio, tema regulado por la ley de Propiedad Horizontal en España. En Finques Ollé te explicamos cuándo puede una comunidad de propietarios decidir quién entra en el edificio.
Según la legislación vigente, todos los propietarios tienen derecho al uso de las zonas comunes, salvo que su uso afecte negativamente a otros vecinos o a la comunidad en general. Incluso los morosos tienen acceso, a menos que los estatutos lo prohíban específicamente.
¿Es posible prohibir la entrada de personas ajenas al edificio? Legalmente, ni el Código Civil ni la Ley de Propiedad Horizontal lo prohíben explícitamente. Sin embargo, se recomienda que los estatutos de la comunidad contemplen normas al respecto y que se establezca un Reglamento de Régimen Interior.
El Reglamento de Régimen Interior complementa los estatutos y regula la convivencia y el uso de las zonas comunes. Puede incluir normas sobre el acceso de no residentes al edificio, uso de ascensores, horarios de apertura y cierre, así como normas de convivencia como el manejo de mascotas o el control de ruidos.
Entonces, ¿se puede prohibir la entrada a personas ajenas? En términos generales, no se puede, salvo que representen un peligro. Sin embargo, se pueden establecer restricciones para ciertas áreas comunes. Por ejemplo, no se puede negar el acceso a profesionales que deban realizar reparaciones.
¿Y el uso de la piscina por personas no propietarias? La ley no impone restricciones, pero los estatutos pueden limitar su uso a los propietarios. Normalmente, se establecen reglas como la limitación de invitados, acompañamiento por el propietario o sistemas de identificación para controlar el acceso.
Por tanto, aunque no se puede prohibir completamente la entrada de personas ajenas a la comunidad, sí se pueden establecer normas para regular su acceso y uso de las zonas comunes, asegurando así la convivencia pacífica entre los vecinos.