Los propietarios de una vivienda suelen temer que el nuevo inquilino no pague la cuota de alquiler a tiempo. Es muy común no sabes qué hacer en estos casos por temor a incomodar a nuestro arrendatario o generar situaciones embarazosas. Si estás pasando por una situación como esta, ¡no temas! Te daremos algunos consejos para que puedas afrontarla y salir airoso.
Lo primero que debes hacer es contactar al inquilino para hablar de manera respetuosa. Si se trata de un impago puntual, buscar una alternativa que satisfaga a las dos partes, podría ser dar un plazo para que pague la deuda.
Si se trata de un moroso profesional, que sería aquel que no planea pagar la deuda hasta abandonar el inmueble, el camino a seguir es el siguiente: entregar al moroso una notificación que indique la intención del casero de recurrir a la vía judicial para solucionar el impago. La idea es hacerle entender al inquilino que la intención es recuperar su vivienda.
Lo recomendable es que esta notificación sea realizada por medio de un abogado, que aconsejará al propietario y manejará la comunicación entre ambas partes. Luego, se deberá presentar la demanda del impago por parte del inquilino ante el juzgado de primera instancia. El juzgado emitirá el requerimiento al inquilino para que pague la deuda, abandone la vivienda o presente alegaciones, para lo cual este contará con un plazo de 10 días. Si el inquilino no paga, no abandona la vivienda o no presenta alegaciones, el secretario judicial procederá a dictar el lanzamiento del inquilino. Si el inquilino ha presentado alegaciones por las que se opone al pago de la renta, el juzgado emitirá la fecha de vista judicial, lo que alargaría el proceso. En ambos casos, el proceso podrá extenderse durante meses por la habitual lentitud de los procesos administrativos.
No es fácil salir de líos como estos. Por eso muchos caseros endurecen sus requisitos a la hora de firmar un contrato de alquiler con un nuevo inquilino y la contratación de un intermediario puede ser beneficioso para manejar la situación con pericia y no convertir un buen negocio en una pesadilla.