Hoy en día, tenemos que estar protegidos ante cualquier adversidad que pueda surgirnos y más si se trata de nuestra residencia, tanto la habitual como la temporal. Los costes en reparaciones y desperfectos son fácilmente evitables si contratas la póliza de seguros adecuada para tus necesidades.
Pero…¿Qué tipos de pólizas de seguro existen?
Generalmente, contemplamos tres tipos de pólizas de seguro inmobiliarias, son las siguientes:
–Póliza multirriesgo: Este tipo de pólizas, habitualmente, tienden a dar cobertura a la estructura de la vivienda y al contenido. Son habitualmente las pólizas más completas a la hora de tener varios aspectos asegurados y en muchas ocasiones incluyen también la responsabilidad civil y a terceros, como cobertura básica.
–Póliza de amortización de préstamo: Esta póliza es la que seguro tienes que tener si estás haciendo frente a un préstamo. Imagina que quieres solicitar un préstamo para amueblar tu nuevo piso y tienes la mala suerte de perder el trabajo, pues con este tipo de póliza puede salvarte de un gran problema.
–Póliza de daños: Es la póliza básica, y si dispones de una hipoteca es obligatoria su contratación. Suele ser una póliza sobre el continente, o la estructura del inmueble.
¿Qué es el continente y el contenido?
El continente y el contenido son de los baremos esenciales en este tipo de pólizas. Cuando hablamos de continente nos referiremos a la estructura del inmueble, paredes, suelos, techos e instalaciones fijas como el agua, la calefacción, electricidad, etc.
El contenido hace referencia a todos aquellos elementos que no forman parte de la estructura del inmueble y que están en nuestro hogar, desde joyas hasta aparatos eléctricos.
Una consideración a tener en cuenta, es que a la hora de contratar tu póliza tienes que tener presente tu situación, por ejemplo si eres inquilino, no hace falta que contrates una póliza sobre el continente, puesto que el propietario lo tendrá cubierto y es su responsabilidad, así que podrás centrarte sobre una póliza que garantice tu contenido.
En cambio, si eres el propietario, contar con una póliza de seguros puede evitarte más de un susto a largo plazo.
