El mercado ofrece diferentes alternativas para poder mantener el calor en el hogar, la elección siempre va a depender de diferentes factores pero sobre todo, es importante conocer cuáles son las características de cada uno para saber si resultan lo más conveniente para nuestra vivienda.
En Finques Ollé te explicamos cuáles son las ventajas y desventajas de las chimeneas de gas para interiores.
La chimenea de gas combina la calidez del fuego con la comodidad y la eficacia que aporta el gas, lo que supone una alternativa perfecta para chimeneas de leña tradicionales, ya que no generan residuos y además no necesitamos el espacio para almacenar los troncos.
Sin embargo, una chimenea de gas no es barata, ya que son un poco más decorativas y funcionales y el precio depende de la potencia, que se mide en superficie en metros cuadrados que puede llegar a calentar.
Para poder instalarla es imprescindible tener suministro de gas aunque también necesita una conexión de electricidad para el apagado y el encendido, así como una salida de humo, sin embargo, estas chimeneas permiten evacuar por la fachada, por lo que se puede instalar incluso en un piso.
Con respecto al mantenimiento la chimenea de gas es muy parecida a una caldera de gas, por lo que tienen que pasar una inspección periódica cada cinco años obligatoriamente, además de algunas otras recomendaciones como: sustituir la parte cerámica que está en contacto con el fuego, limpiar el polvo acumulado en el vidrio cuando esté fría, revisar la instalación anualmente, sobre todo conductos de salida y entrada de gas y limpiar el compartimento de control y el quemador.
Ventajas de las chimeneas de gas
- Se instalan de una manera sencilla.
- Se encienden cómodamente con un mando a distancia y emiten un calor superior a las chimeneas eléctricas.
- Tienen radiación inmediata y se puede regular la temperatura.
- Como no necesitan leña tienen una limpieza sencilla.
- Pueden incluirse como parte de la decoración, ya que pueden empotrarse.
Desventajas de las chimeneas de gas
- Son mucho más caras que una chimenea de leña, además de que el precio del gas es mayor que el de la leña.
- Necesitan instalación tanto de gas como de electricidad.
- No dejan tanto calor residual una vez que están apagadas.